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Diversas organizaciones colombianas e internacionales rindieron homenaje a los 142 periodistas asesinados en los últimos 40 años por su labor en el conflicto armado en un acto simbólico en el que denunciaron la impunidad que rodea a estos crímenes.
Las cifras sobre la labor de los comunicadores en Colombia son contundentes: desde 1977 se ha asesinado a 142 periodistas, de los cuales, 67 casos han prescrito para la Justicia; todos ellos fueron perseguidos por guerrillas, paramilitares, agentes del Estado y sicarios del narcotráfico.
Son datos de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), que convocó el acto junto con la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), el Círculo de Periodistas de Bogotá y la Alcaldía de la capital colombiana.
En la ceremonia, celebrada en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá el 5 de noviembre de 2014, se recordaron algunos de los asesinatos más emblemáticos, como el de Jorge Enrique Pulido hace ahora 25 años.
Pulido, presentador de televisión, denunció a finales de los años ochenta al cartel de Medellín, dirigido por el famoso criminal Pablo Escobar, trató en profundidad en su programa los actos delictivos del grupo, entre los que destacó el magnicidio de Luis Carlos Galán en 1989 cuando era candidato liberal a la Presidencia.
Este homenaje coincide con la celebración del primer Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas, que tuvo lugar el pasado 2 de noviembre.
La guerra interna de Colombia, aún en el medio del proceso de paz, continúa dejando muertos principalmente entre los periodistas que trabajan en zonas rurales y sin el apoyo de grandes grupos mediáticos, como fue el caso de Luis Cervantes, locutor de la radio comunitaria «Morena FM», asesinado a tiros por sicarios el pasado 12 de agosto en el noroeste del país, el último crimen registrado.
Ante un auditorio semivacío, Morris, que hace 11 años creó el programa Contravía para denunciar los estragos de la guerra por toda Colombia, defendió haber «recogido la memoria de las víctimas», trabajo por el que recibió numerosas amenazas que le llevaron en dos ocasiones al exilio.
«Ojalá este escenario hubiera estado más lleno, algunas veces alguno ve como los victimarios llenan algunos auditorios y la prensa acude a cubrirlo. Esta es la soledad de las víctimas», lamentó.
Según señaló la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en un reciente informe, en Colombia «se han incrementado las agresiones contra» comunicadores, y actualmente «más de 80 periodistas tienen medidas de seguridad otorgadas por el Estado».
Fuente: EFE
