ALMARGEN Tendencias para un periodismo del futuro
La película Kill the Messenger es la historia real del periodista Gary Webb, quien en 1996 publicó una serie de reportajes en los que acusaba a la CIA y al gobierno de Ronald Reagan de haber hecho la vista gorda al tráfico de cocaína y crack en los guetos de Los Ángeles y otras ciudades de Estados Unidos a fin de recaudar fondos con los que se financiaba la Contra nicaragüense.
Interpretada magníficamente por Jeremy Renner (The Hurt Locker, American Hustle), dirigida por Michael Cuesta (director de la prestigiosa serie Homeland) y escrita por el guionista Peter Landesman (que en su faceta de reportero ha firmado trabajos en medios como The New York Times Magazine y el New Yorker) Kill the Messenger ha sido recibida con críticas favorables.
Acaso más importante, se habla de ella como del reconocimiento, tardío pero justo, a un periodista polémico y pasional. Se estrenó el 10 de octubre de 2014 en Estados Unidos.
En su día, cuando destapó el escándalo, los grandes medios de comunicación pasaron de celebrarle a dudar de sus métodos y fuentes. La campaña de acoso fue tan brutal que Los Angeles Times empleó hasta diecisiete periodistas para investigar la exclusiva de Webb.
El San Jose Mercury News, el medio para el que trabajaba, terminó por arrinconarlo. Desplazado a puestos de poca importancia, Webb dimitió. Nunca volvió a colaborar con un gran periódico. Sí para publicar un libro, Dark Alliance, donde abundaba en su estremecedor relato de políticos corruptos, paramilitares, traficantes y espías.
Años más tarde otro periodista, Nick Schou, sacaba Kill the Messenger, la historia de cómo un joven reportero, Webb, investigaba en lo que bien pudiera haber sido el caso de su vida y cómo finalmente éste terminó por enterrarlo. Separado de su esposa y sus hijas, acosado por las deudas, desacreditado y sólo, Webb se suicidó en su casa el día en el que iba a ser desahuciado. Tenía cuarenta y nueve años.
Jesse Katz, que trabajó en el grupo que desde Los Angeles Times investigó a Webb y sus reportajes, explicó en mayo de 2013 como «realmente no hicimos nada para avanzar en su trabajo o iluminar lo que contaba. Fue un ejercicio de muy mal gusto … Y arruinó la carrera de ese reportero».
Para Schou, «lamentablemente, debido a que Webb se disparó en la cabeza dos veces -la primera bala le atravesó la mejilla- muchos creen falsamente que fue asesinado por la CIA. Pero Katz, y el resto de la tripulación del (Los Angeles) Times, sabe que no fue la CIA la que cargó el arma que mató a Gary Webb».
Fuente: RIA Novosti
