viernes , 29 marzo 2024
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Los adolescentes y las redes sociales. La construcción de la identidad juvenil en internet

Frente a quienes afirman que Internet ha sustituido la “sociabilidad directa”, Roxana Morduchowicz sostiene que los intercambios virtuales no debilitan ni reemplazan las formas de encuentro y sociabilidad tradicionales, sino que las refuerzan. En el siguiente fragmento del libro Los adolescentes y las redes sociales. La construcción de la identidad juvenil en Internet (Fondo de Cultura Económica, 2012), la especialista analiza los procesos socioculturales que intervienen en el uso, la socialización y la significación de la web por parte de los jóvenes, para determinar hasta qué punto la producción de contenidos en los blogs y en las redes sociales forma parte de la construcción de su identidad.

Por Roxana Morduchowicz

En Argentina, el 95% de los adolescentes tiene acceso a internet. El 40% tiene conexión en su casa, pero el 60% restante accede a ella en un locutorio o cibercafé. El 70% de los chicos de entre 13 y 17 años tiene (o tuvo alguna vez) un blog propio o visita el blog de amigos y el 75% tiene un perfil personal en alguna red social (Facebook es la de mayor popularidad en el país).

Un adolescente argentino se conecta a internet todos los días, y lo hace durante una hora y media cada vez. Ésta es la media nacional. Para quienes tienen acceso a la web desde su hogar, el vínculo con internet aumenta: se conectan todos los días durante el doble de tiempo, es decir, tres horas cada vez. La misma cantidad de tiempo –y en algunos casos, más– que pasan en compañía de la televisión.

“El principal uso que hacen los adolescentes de internet es para comunicarse. Efectivamente, el 90% de los jóvenes chatea, visita una red social, manda mails o bloguea” (Morduchowicz, 2008). Éstos son los usos más importantes que los chicos –en todo el mundo– hacen de internet. Luego siguen: buscar información, hacer la tarea escolar, escuchar o bajar música, ver videos on line y jugar. La gran mayoría de quienes tienen un blog o un perfil en una red social lo revisa todos los días.

No hay dudas de que, para la mayor parte de los adolescentes, la principal función de la web es comunicacional. El chat y las redes sociales son los medios más frecuentes para este propósito, y constituyen el principal motivo de la atracción que despierta internet para los adolescentes: estar comunicados con sus amigos, después de la escuela. Precisamente por eso decimos que la vida social de los jóvenes hoy se mueve entre dos esferas: la virtual (on line), en los vínculos que los chicos establecen en el ciberespacio, y la real (off line), en el mundo de sus relaciones cara a cara. Los adolescentes entran y salen de ambos universos permanentemente, sin necesidad de distinguir sus fronteras de manera explícita.

Como veremos a lo largo de este libro, no es posible entender la adolescencia sin la importante presencia de los amigos. Y difícilmente pueda comprenderse el concepto de amistad sin tener en cuenta las tecnologías. Internet ha generado nuevas formas de sociabilidad juvenil. Durante décadas, los temas de conversación entre los adolescentes giraron sobre la televisión, la radio, el cine o la música: un nuevo programa televisivo, la canción de moda del mes, la película de la semana o un nuevo recital de la banda musical del momento. Estas charlas tenían lugar fundamentalmente cara a cara en la escuela o en el club. La otra opción era por teléfono desde sus casas.

En los años noventa, con la gradual expansión de internet, no sólo los temas de conversación se ampliaron, sino que cambió sustancialmente la naturaleza del diálogo: la interacción es en simultáneo, a través de múltiples pantallas, en tiempo real y sin necesidad de presencia física. Hoy los adolescentes disponen no sólo del teléfono de línea para comunicarse, sino, además, del celular para mandar mensajes y de internet para enviar mails, chatear, tener un blog o estar en una red social.

internet les ha dado a los adolescentes la oportunidad de convertirse en productores de contenidos. Les permite expresarse con su propia voz y representar sus experiencias con sus propias palabras. ser autor de un blog o de un perfil en una red social les da la posibilidad de ejercer el derecho a participar y a hacerse oír. Los adolescentes –como veremos más adelante– se muestran, se hacen visibles y se presentan como actores sociales.

Efectivamente, la posibilidad de convertirse en productores de contenidos en la web (a través de blogs, fotologs o perfiles en las redes sociales) les ha dado a los jóvenes nuevos espacios y oportunidades para hablar de sí mismos y compartir eso con sus audiencias. Ahora, los chicos pueden contar acerca de sus vidas, de lo que piensan y sienten sobre los temas que más les preocupan; pueden diseñar lo que quieren que otros sepan de sí mismos y evaluar los comentarios que reciben sobre lo que cuentan. Todo ello mediado por una pantalla.

Estas transformaciones tecnológicas –junto a los cambios sociales y culturales que las acompañaron–sin duda han afectado directamente la manera en que los adolescentes construyen su identidad. Porque en cada texto, imagen o video que suben a su blog o a su página web en la red social, se preguntan quiénes son y ensayan perfiles diferentes a los que asumen en la vida real.

Si todos pueden potencialmente ser “otro”, esto tiene consecuencias evidentes sobre la identidad y sobre el sentido de la alteridad. El otro deja de ser alguien en particular para convertirse imaginariamente en muchos otros. A partir de las tecnologías, la identidad ha dejado de ser inmutable para manifestarse en un conjunto de prácticas en permanente redefinición de sujetos diversos que se mueven en espacios heterogéneos. Lo que se ha modificado no es el deseo de pertenecer, sino el sentido y las formas de pertenencia (Winocur, 2006).

A lo largo de este libro, buscaremos entonces analizar la apropiación que hacen los adolescentes de los blogs

y las redes sociales: dos formas de comunicación que nacieron cuando la web 2.0 les ofreció a los internautas la posibilidad de convertirse en generadores de contenidos y autores de sus propias páginas web.

Entendemos por apropiación de internet a los procesos socioculturales que intervienen en el uso, la socialización y la significación de la web por un determinado grupo social; en nuestro caso, los adolescentes. Este libro explora entonces hasta qué punto la producción de contenidos en dos formatos específicos, los blogs y las redes sociales, forma parte de la construcción de la identidad para un adolescente.

Dicho de otro modo: ¿de qué manera construyen su identidad los jóvenes cuando producen contenidos para su blog o perfil en alguna red social? ¿Por qué sienten que en cada texto que escriben o en cada comentario que reciben definen quiénes son? Éstos serán algunos de los principales interrogantes que el presente estudio buscará responder.

El primer capítulo aborda el significado de la identidad: qué implican “nosotros” y “los otros” y cómo se conforma la identidad cultural. El segundo capítulo enfoca la “nueva cultura juvenil” y el lugar de los medios de comunicación y las tecnologías en la cultura adolescente. Concretamente, plantea qué papel desempeña internet en la identidad juvenil. Los capítulos siguientes analizan las diversas razones que motivan a los chicos a crear un blog o a estar en una red social. ¿Por qué es tan popular entre los jóvenes tener un blog o un perfil en Facebook? Éstos son algunos de los interrogantes que los capítulos III a VII responden teniendo en cuenta testimonios de los propios adolescentes.

Luego de explorar los motivos que llevan a un adolescente a estar en una red social, en el capítulo VIII se analiza el significado de la popularidad para los jóvenes. Sólo teniendo en cuenta la importancia de esta dimensión en la vida de los adolescentes es posible comprender qué significa lo público y cuál es el valor que tiene lo privado para los jóvenes de hoy.

El capítulo IX aborda la oportunidad que la web 2.0 les dio a los adolescentes de expresarse, de participar y, sobre todo, de hacerse visibles como actores sociales, preocupados y sensibles por los grandes temas que vive la sociedad. Este “empoderamiento” y las nuevas formas de participación juvenil serán el eje de dicho capítulo.

Finalmente, los capítulos X a XII abordan dos importantes actores que conforman el contexto en el que los jóvenes desarrollan sus usos y prácticas con las tecnologías. Por un lado, los medios de comunicación y su particular manera de representar la realidad y los grupos sociales (entre ellos, los adolescentes). Por el otro, la propia sociedad. Las relaciones, los mandatos sociales y los valores que priorizan los adultos también inciden sobre las prácticas mediáticas de los adolescentes. Los usos que hacen los jóvenes de internet no se producen en el vacío, sino en un contexto. Los últimos capítulos de este libro buscan explorar el marco de referencia. un apartado final sintetiza los conceptos y ejes más importantes analizados a lo largo del libro.

Una última aclaración: con frecuencia se ha afirmado que las pantallas han minado la vida social de los adolescentes. Se ha dicho que los jóvenes prefieren la soledad de su cuarto en compañía de la computadora antes que el diálogo personal en el mundo real. Se asegura incluso que internet ha sustituido lo que se llama “sociabilidad directa”, es decir, el encuentro cara a cara.

Desde estas páginas, sin embargo, sostendremos lo contrario. La incidencia de las nuevas formas de comunicación (chat, blog, red social) en la identidad adolescente y en su vida social es ciertamente muy importante en la medida en que –como dijimos previamente– generaron una nueva forma de sociabilidad juvenil. Sin embargo, en ningún caso el chat o las redes han anulado la vida social de los adolescentes. Por el contrario, les ofrecen canales alternativos que se complementan con los tradicionales espacios de encuentro (la escuela, los cafés, las fiestas, el club, etc.). El chat, el blog y las redes sociales amplían los espacios y los tiempos para estar en contacto con amigos y familiares.

De hecho, todo lo que se obtiene de internet se termina de validar en el mundo de las relaciones persona a persona. La web sirve fundamentalmente para estar en contacto con los conocidos con los cuales se construyó un vínculo en el mundo real. “Los intercambios virtuales no debilitan ni reemplazan las formas de encuentro y de sociabilidad tradicionales. Más bien pueden ubicarse como estrategias de reforzamiento y recreación de estos vínculos en el espacio virtual” (Winocur, 2006). Internet no sustituye las relaciones familiares ni las historias de amor, ni ninguna otra forma de sociabilidad tradicional.

Dicho esto, entonces, comencemos a analizar de qué manera estas nuevas formas de comunicación (blogs y redes sociales) inciden en la construcción de la identidad adolescente.

(Roxana Morduchowicz. Los adolescentes y las redes sociales. La construcción de la identidad juvenil en Internet. Fondo de Cultura Económica. Colección popular. Serie: Breves. Buenos Aires, Argentina, 2012, 109 p.)

Roxana Morduchowicz es doctora por la Universidad de París VIII y docente titular en la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires. También es autora de El capital cultural de los jóvenes (FCE), A mí la tele me enseña muchas cosas (Paidós) y La generación multimedia (Paidós).

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