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La revista Proceso anunció una política de protección a sus reporteros y corresponsales, similar a la que han adoptado algunos medios del país para la publicación de temas relacionados con el crimen organizado: no firmar “ciertas notas” relacionadas con el narcotráfico.
En la página 37 de su edición 1868, del 19 de agosto de 2012, incluye un anuncio:
“AVISO A LOS LECTORES: los cárteles del narcotráfico continúan imponiendo su ley en prácticamente todo el país. Proceso asume la política de proteger a sus reporteros y corresponsales presentando –de manera excepcional- ciertas notas y reportajes relacionados con el narcotráfico sin su firma. Del contenido de esos trabajos se hace responsable nuestra casa editorial”.
La publicación comenzó a dar una cobertura extraordinaria a temas relacionados con el narcotráfico a partir de 2008, cuando arreció la disputa entre grupos criminales principalmente en el norte del país. Son frecuentes las portadas en las que aparecen quienes son identificados como jefes de los distintos grupos criminales en el país.
Entre sus portadas polémicas se encuentra en la que aparece el fundador de Proceso, Julio Scherer García, con Ismael El Mayo Zambada, identificado por las autoridades como un presunto capo del narcotráfico.
